Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma
enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.
Bueno, cada uno es cada cual..
.
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y
emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay
una solución interior.
¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es
decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra
y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una
solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese
caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía
más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.
Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que
vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad
biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy
desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante
que tener en cuenta.
Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de
un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento
particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano
y a una realidad energética.
¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica
y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no
escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del
cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal
que repercute en los cuatro niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente
tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con
mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo
necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.
A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades
fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo
una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el
acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese
evento.
¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se
dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.
¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el
esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las
mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con
los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos
corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y
estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los
problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de
puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...
¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar
más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones
procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa
compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.
La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer.
Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con
la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su
miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.
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