Cuando con espíritu abierto y receptivo nos aproximamos a un Dolmen, a un Menhir o a una Iglesia Románica que aún resuena se percibe que ahí subyace una sabiduría que trata de comunicarse.
Se siente en algunos momentos que las coordenadas espacio-temporales saltan hechas añicos y se vivencia de forma nítida aquello de que cuerpo, alma, espíritu, Naturaleza, Creación son una misma cosa. Uno comprende entonces que estos lugares tenían una finalidad de regeneración espiritual y como consecuencia también una finalidad de regeneración física.
Y esto fue así hasta que la visión Newtoniana de la realidad estableciera que el mundo es una máquina, hasta que Francis Bacon diera vía libre a la explotación de la Madre Tierra, hasta que Descartes atomizara la realidad encorsetándola en compartimentos estancos; en definitiva, hasta que se estableció el paradigma mecanicista. - GEA-
Los términos Arquitectura y Lugares Sagrados tienen un motivo de ser, diferenciando unas construcciones y unos lugares de los demás con criterios definidos y claros.
Hemos dado por llamar Lugares sagrados a cierto sitios de Poder que desde siempre fueron utilizados con fines espirituales y religiosos, por una o varias religiones. Son lugares de peregrinación.
Los poderes religiosos y/o políticos de cada Época construyeron edificios en esos lugares Sagrados, creando lo que llamamos Arquitectura Sagrada.
¿Qué tienen en común estos sitios y construcciones?.
Son lugares de poder en los que el espíritu se abre al contacto con lo superior, con lo Divino, con lo trascendental, saliéndo de la rutina diaria. Son entornos en los que la paz se consigue con facilidad. Allí se va para restaurar la tranquilidad perdida y conseguir sosiego y fuerzas para poder seguir viviendo.
Son centros iniciáticos donde se trabaja el espíritu y el cuerpo. Se va a ellos en peregrinación para recuperar la salud física y/o mental perdidas, o evolucionar en perfección. Son lugares donde se dan los milagros, curaciones inexplicables.
El entorno físico del lugar sagrado es muy variado, desde cimas de montañas hasta profundas cuevas. En valles frondosos o en estepas áridas.
Las construcciones se sitúan en unos lugares muy concretos con unas energías telúricas comunes a casi todos los lugares sagrados. Aprovechan las energías telúricas del lugar para dar forma y tamaño a la construcción, y a su vez dicha forma de construir modifica las energías telúricas primitivas, creando en el interior y en el entorno de la construcción un estado de energía diferente a la que había antes.
Este estado de energía es conseguido para aplicarlo con el fin concreto para el que se construyó en monumento. -P. Cores- (GEA)
..."En efecto, San Miguel, como el Apolo délfico, el Ablun-Belen celta y como Hermes-Mercurio, domina en los lugares elevados, donde la tierra y sus energías se subliman en una transmutación que es atracción hacia lo alto al encuentro con las energías celestes que descienden también en las cúspides de las montañas y penetran en su interior, en la caverna, lugares ambos eminentemente hierogámicos.
Todo esto remite a un simbolismo primordial, pues toda montaña (como el árbol), y especialmente aquellas consideradas como sagradas son, propiamente hablando, una imagen natural del Eje del Mundo, de la "montaña polar" de los orígenes, que los hindúes llaman Meru, los antiguos persas Alborj, los griegos Olimpo (sede de los dioses), los chinos el monte Kuen-Lun, Montsalvat entre los caballeros del Grial, entre los egipcios el Set Amentet (el monte a través del cual se llegaba a la celeste "tierra del triunfo", otra denominación de la "tierra solar"), entre los aborígenes australianos Uluru (o Ayers Rock), etc.
En la montaña (de las que las piedras, betilos y menhires no son sino miniaturas)así como en la caverna o gruta (o su equivalente el dolmen y otros semejantes entre las construcciones megalíticas), se concentra más en particular el "espíritu de la Tierra" (inseparable del "espíritu del Cielo" como estamos viendo), de tal manera que constituyen una imagen completa de la cosmogonía. Montaña y caverna representan respectivamente los principios activo y pasivo de la manifestación, ejemplificados en sus formas respectivas: mientras la montaña tiene forma fálica, la caverna evoca el órgano femenino, y también la matriz, lugar de gestación y nacimiento del nuevo hombre en la perspectiva iniciática.
Recordemos que Hermes nace en una cueva situada en la cima del monte Cilene, y lo mismo podemos decir de Cristo, e incluso de Mitra, nacido de una piedra, la "piedra generadora", análoga a la "Madre Generadora" o Mater Genitrix, lo que desde luego nos remite al simbolismo de los hombres nacidos de las piedras, como se relata en la leyenda griega de Deucalión.
De hecho, las grutas y cavernas son receptáculos eminentes del espíritu de la Madre Tierra, revestidas de una sacralidad reconocida desde los tiempos más remotos, sacralidad que se acrecienta, si cabe, cuando de esas cavernas mana el agua vivificante surgida de las "entrañas" de la Diosa, de su seno purificante y regenerador. - Fco. Ariza; geografia sagrada-
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