lunes, 26 de diciembre de 2011

EL ACEITE DE ARGÁN

En la época de los Fenicios ya se trataban enfermedades con el aceite de argán, además de ser el mejor secreto de belleza de las mujeres de de las regiones pre-desérticas y de las mujeres nómadas del desierto del Sahara.

Preservar la belleza y proteger la piel de las inclemencias del tiempo para evitar arrugas ha sido desde todos los tiempos una preocupación latente. Ya los fenicios trataban de frenar el envejecimiento cutáneo y celular consumiendo al aceite de argán.

El aceite de argán ayuda a frenar los signos del paso del tiempo.

Sin duda, nadie puede escapar del envejecimiento cronológico, pero si frenarlo o retardarlo. Con el paso de los años, la piel se vuelve más fina y pierde su elasticidad, también existen causas hormonales que pueden acelerar este proceso. La disminución del nivel hormonal causa deshidratación en la piel y aparición de arrugas.

Las personas que están expuestas durante horas al sol también tienen una piel más vulnerable, ya que los rayos Uva solares dañan profundamente la epidermis destruyendo el colágeno natural y la elastina de la piel.

Estar expuestos al sol o al viento, en el caso de los habitantes de desierto, puede causar graves enfermedades en la piel. Algo similar se produce cuando estamos muchas horas expuestos al sol en verano o en la nieve.

La piel pierde densidad y envejece porque con el paso de los años las células se dividen más lentamente. El aceite de argán actúa fortaleciendo las células y conservando la elasticidad de la piel, a su vez, protege y forma una fina capa sobre la piel resguardándola de factores externos.
Con la edad, no sólo la capa superficial de la piel se hace más fina, sino que también produce menos colágeno y las fibras de elastina se desgastan y empiezan a salir las arrugas. Las glándulas sebáceas producen menos grasa y el número de glándulas sudoríparas empieza a ser inferior. Estos cambios producen sequedad en la piel.

Aplicando diariamente aceite de argán sobre la piel, ayudamos a mantener la piel hidratada, regulando el funcionamiento de las glándulas y preservando el colágeno y la elasticidad por más tiempo. El aceite de argán nos protege exteriormente reteniendo ha humedad de la piel evitando la sequedad y la falta de oxigenación de las células.


Libro: El Aceite de Argán (Editorial Obelisco)

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Abraham Abulafia, con Mario Sabán