La alquimia vegetal se basa en el uso de plantas medicinales para curar por los símiles, no por los opuestos como hace la medicina alópata tradicional.
Al-Andalus supuso el mayor esplendor para la alquimia vegetal.
Los andalusíes viajaron a Oriente en su periplo a la Meca y estudiaron esta ciencia sagrada, que el Islam recoge como antorcha al caer el imperio romano. Es el gran alquimista Yabir Ibn Hayyán, en el siglo VIII A.C., quien reformula toda esa filosofía.
El gran esplendor llega con Abderrahman III, que instaura un gran árbol de la sabiduría bajo el que conviven en paz las tres religiones, convirtiendo a Córdoba en capital del saber.
Ese amor a la tolerancia y al conocimiento se viene abajo con el fanatismo de Almanzor y la persecución de los alquimistas, que una vez destruido el califato se reparten por los reinos de taifas y van divulgando la filosofía hermética.
Pensadores como Averroes, Maimónides, Ibn Yulyul, Iben Bayyah (Avempace), Ibn al Jatib- practicaron la alquimia vegetal.
Sus libros son auténticos vademécum homeopáticos.
Lo que ocurre es que Hahnemann, al que se considera fundador de la homeopatía en el siglo XVIII, para hacer permisible la alquimia vegetal, se queda solo con una pequeña parte
La medicina alópata cura causando efectos secundarios, mientras que las diluciones homeopáticas son tan infinitesimales que no tienen toxicidad.
Además, la curación por los símiles no va solamente al cuerpo, sino también a la mente y al mundo emocional. Es decir, la medicina alópata trata de paliar el efecto mientras que la medicina homeopática va a la causa,
personalizando los remedios en lo que Hipócrates llamaba terreno del paciente , basado en los cuatro humores (linfático, biliar, nervioso y sanguíneo)
Es la medicina del alma de la que ya hablaban Pitágoras o Maimónides.
La Alquimia y la Medicina, han mantenido siempre una estrecha relación de contenidos. Ambas ciencias, cada una en su terreno, se han ocupado de un modo preferencial de la Salud Humana pese a que sus criterios nunca fueron coincidentes. Esto, desde luego, demanda una explicación razonable y coherente ahora que la Espagiria, hermana menor de la Alquimia y ciencia hermética como ella, comienza a resucitar con creciente éxito en los círculos de las medicinas alternativas de Europa.
Mientras que la Medicina debe su nombre a los persas o “medos”, las ciencias de la salud derivadas del paradigma egipcio, el antiguo país de “kemi” o de la “tierra negra”, desarrollaron el término “kémico” o su forma latinizada”chémico” para adjetivarse.
Ciencias “kémicas”, epíteto al que los árabes prestarían su artículo para convertirlo en “al-kémico”, de dónde naturalmente proviene el sustantivo “alquimia”. Ambos términos, “medicina” y “alquimia”,tuvieron pues, en un principio, una semántica común, y sin embargo, sus presupuestos y pilares fueron siempre completamente distintos e incluso a veces, radicalmente opuestos. Mientras que el paradigma persa o “médico” se decantó, en absoluta coherencia con el dualismo tradicional iranio, por la curación por medio de la oposición de contrarios(el calor se quita con el frío y el frío con el calor), el paradigma egipcio o kémico, desarrolló un sistema basado en la curación por lo semejante al que llamó también medicina simpática, ley de las signaturas y a partir del S. XVIII homeopatía.
La alquimia en Al-Andalus- (Video)